martes, marzo 25, 2014

SÚPLICA A LOS DIOSES DEL MAR





¿Por qué no resuenan las caracolas de los tritones por todos los confines del océano? ¿Dónde están las hermosas nereidas y los delfines, que no rebuscan entre las espumas y las ondas, en las profundas simas y en las arenosas orillas de las playas a quienes se han perdido tragados por la mar? ¡Ay, Neptuno y Anfítrite, mientras vosotros estáis en amable coloquio, despreocupados de lo que ocurre en vuestros vastos dominios salados, quienes han perdido en ellos a los suyos lloran lágrimas amargas. Dejad pues la conversación y llamad a rebato a todas las criaturas marinas para que busquen y encuentren. Ya que no podéis salvar a los náufragos, devolved al menos lo que de ellos quede a sus familias.


NOTA: Me sumo al dolor de las familias que sufren la incertidumbre y el desconsuelo de haber perdido a los suyos en el mar.


*Neptuno y su esposa Anfítrite, detalle de un relieve en el Museo Altemps de Roma. Foto: Isabel Barceló.

11 comentarios:

ANA dijo...

Me ha gustado mucho, Isabel, la invocación que haces a las nereidas. Pero lo que más me ha gustado es la foto de Neptuno acompañado de su esposa. Y he tenido que investigar quién era esa ninfa, hija de Nereo y la Oceánica Doris...Un placer aprender de tí.
Besos

Aarón dijo...

Evocador y muy sentido. Muchos compartimos esa preocupación, y esperamos que los dioses inmortales puedan ayudar a quienes claman ayuda.

Dolors Jimeno dijo...

Bellísimo texto, muy buen corazón y siempre atenta a la actualidad.

Dyhego dijo...

Yo también me sumo, Isabel.
Vale.

yolanda carrasco dijo...

Yo también me sumo,claro que sí! Y un deleite leérte nuevamente.Una magnífica súplica.Me ha encantado como siempre.Es preciosa.Un abrazo inmenso Isabel.

Unknown dijo...

Morir por ahogamiento siempre me ha parecido terrorífico (no por casualidad es una clase de tortura).
Mi recuerdo para los familiares.

Juan Segura dijo...

Me uno, como no, a tu bella y trágica súplica.
Un beso.

África dijo...

Debe ser terrible perder a alguien en el mar.
A mí el mar siempre me ha dado miedo. Respeto ante todo. Puede ser porque tengo pánico a morir así.
Ojala los habitantes de sus aguas ayuden en este trance a esas familias ya destrozadas.


Un beso

virgi dijo...

A estas alturas me estoy creyendo que eres una reencarnación de alguna gran escritora de la antigüedad.
Un abrazo, querida Isabel

Recomenzar dijo...

Me ha encantado el color de tu alma cuando escribes

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Esperemos que los dioses se apiaden del dolor de los que sufren y al menos les den a los deudos el poder saber, cerrar una herida, hacer sus duelos y recuperar algo de los que amaban.
Me pregunto durante cuantos siglos, cuantos mares se podria haber llenado con las lagrimas de los parientes de los perdidos en el mar.